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Cultura Urbana
Santiago de Chile
Abril 2001

El Gran Ausente:
David Rosenmann-Taub

por Patricio Rojas

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En estos días en que grandes poetas se han reunido (para el Encuentro Internacional de Poesía) en Chile, Rosenmann-Taub es, tal vez, el gran ausente. Ofrecemos una entrevista exclusiva.

Patricio Rojas: ¿Los conceptos metafísicos o trascendentes presentes en su poesía responden a alguna corriente de pensamiento conocida o son fruto de su experiencia frente al misterio?

David Rosenmann-Taub: Yo soy mi vivir: no respiro a través de corrientes de pensamiento de ninguna época. Mi pensamiento no depende del arbitrario contorno cultural. ¿Qué no es metafísico? ¿Qué no es trascendente? ¿Enamorarse no es metafísico? ¿Comer no es metafísico? ¿Enfermarse no es trascendente?

P.R.: ¿...o son fruto de su experiencia frente al misterio?

D. R.-T.: Fruto de mi experiencia no frente al misterio sino dentro del misterio, que, por lo demás, no tiene nada de misterioso...
¿Cuándo la poesía, poesía? Cuando ciencia.

P. R.: Su libro Cortejo y Epinicio se inicia con el poema “Preludio”. ¿Podría entregarnos una interpretación de este texto?

Después, después el viento entre dos cimas,
y el hermano alacrán que se encabrita,
y las mareas rojas sobre el día.
Voraz volcán: aureola sin imperio.
El buitre morirá: laxo castigo.
Después, después el himno entre dos víboras.
Después la noche que no conocemos
y extendido en lo nunca un solo cuerpo
callado como luz. Después el viento.

D. R.-T.: El primer verso de “Preludio”: “Después, después el viento entre dos cimas”. Usted, como yo, ha nacido en este planeta. ¿Cuándo empezó usted, Patricio? Usted empezó a tener conciencia de usted mismo después. Todo es después. No hay "antes". Usted se informa de lo que le gusta, de lo que le disgusta, siempre, después. Nuestras percepciones son siempre posteriores: imposible la simultaneidad temporal. Estamos después, incluso después de después. Yo, como cualquier ser humano, me enteré de mi vocación después. Y el movimiento hacia el mundo exterior e interior, con todas sus dificultades y facilidades – toda la energía que representa estar aquí –, ocurre entre dos cimas. Enfrentamos dos cimas: hacer lo que tenemos que hacer, o no hacerlo. Y desde el punto de vista de Cortejo y Epinicio, mi vocación se halla entre dos cimas: un comienzo que desconozco y un final que también desconozco.

Desde el punto de vista de la memoria – elaboración y creatividad –, una cima es cuanto he presenciado, siempre después; la otra, expresarlo después.

...el hermano alacrán que se encabrita: el-que-parece-ser contra el-que-soy. Necesito luchar para verdaderamente ser uno con mi vocación. Y conseguirlo interna y externamente. Todos contamos con un hermano alacrán, que no quiere que suceda lo que nos proponemos.

En general, el maltratado es el hermano del hermano alacrán: tal como se vive, sucede el hermano alacrán, no el otro hermano, el realmente real. Estamos rodeados dehermanos alacranes. No sólo internos. También externos. La naturaleza, así como quiere que haya creación, pone todo de su parte para que no la haya. Constantemente la naturaleza nos ofrece un vaso perverso. Tenemos que defendernos. Amenazando ahogarnos en la sangre del universo, ese vaso, durante nuestra existencia aquí, intenta echar, de cualquier modo, su líquido en nuestra boca, para ahogarnos en nuestra propia sangre. Cuando un hombre decide "ser", se hace conciente de las mareas rojas, del hermano alacrán, de las dos cimas.

Éste uno de los niveles de sentido de los primeros tres versos de "Preludio". La poesía no existe si tiene un solo nivel. Expresar las cosas en un solo nivel es periodismo. La meta del periodismo: lograr exactitud en un solo nivel. Lo opuesto a la poesía, que puede contener periodismo, como un aspecto.