De rodillas el Árbol.
Caigo sobre mis ojos: me acompaño:
sólo tengo caminos.
La luz clama: "¡Estoy ciega!"
Cunde frescos sentidos
el ansia, polvorienta, disoluta.
Los pies del cielo con mis pies tropiezan.
Vetusto claroscuro:
caminos y caminos y ninguna
huella. Jamás el mundo.